Una persona con depresión, puede experimentar pensamientos relacionados con la muerte de manera recurrente, tales como: “quisiera acabar con mi vida”, “sería mejor estar muerto”, “quisiera desaparecer y dejar de existir”, entre otros. Los pensamientos pueden presentarse de forma intrusiva, con planeación específica, llevando a intentos suicidas y finalmente al suicidio. Cuando la persona está deprimida, puede llegar a considerar el suicidio como una “solución” permanente a un problema temporal, para escapar del dolor emocional y la incapacidad de comunicar su desesperación y sentimiento de vacío. Es importante hablar sobre el tema y si se identifica que existe ideación suicida, pedir la ayuda correspondiente.