Se ha demostrado que estos tratamientos son efectivos para desordenes del estado del ánimo y los sustenta evidencia científica.
1. Ejercicio. Lo último que una persona deprimida desea es hacer ejercicio, pero es bien conocido que la actividad física mejora el estado de ánimo y brinda una sensación de bienestar. Esto se logra en parte al incrementar ciertos neurotransmisores en el cerebro, además regulando la respuesta al estrés.
2. Bright Light Therapy (Terapia de luz brillante). Este tratamiento consiste en utilizar luz brillante para tratar los síntomas de depresión. Los trastornos de sueño son un síntoma presente en la depresión y otros desordenes del estado del ánimo. Esta terapia ayuda a regular el ritmo circadiano, activa y aumenta la actividad de la melatonina, además incrementa los niveles de serotonina. La regulación del patrón de sueño ayuda a la persona a sentirse mejor.
3. Terapia Cognitiva Conductual (TCC). Este es un tipo de terapia “de conversación”, así como de una terapia “de comportamiento”, que incluye la asignación de tareas al paciente. Su enfoque es cambiar patrones negativos de pensamiento, en aprender a redefinir problemas y encontrar nuevas maneras de afrontarlos.
4. Terapia de activación conductual (TAC). Es un tipo de Terapia Cognitivo Conductual, que ha demostrado ser muy efectiva para el tratamiento de la depresión. Guía al paciente hacia el entendimiento de que sus emociones son el resultado de sus actos. Ha ayudado a los pacientes con depresión a identificar actividades que agreguen sentido a su vida, como leer, escuchar música, hacer trabajo voluntario, visitar familia y amigos, etc. Se le pide al paciente que realice estas actividades sin esperar que a cambio mejore su estado de ánimo.
5. Entrenamiento con Mindfulness. Consiste en estar atento de manera intencional a lo que hacemos, sin juzgar. Se enseña a los pacientes a estar atentos en cosas o actividades sencillas del diario vivir. Se practica Mindfulness al comer, caminar, prestar atención a la respiración, conectarse con los sentidos, descansar entre actividades, escuchar de manera atenta con corazón y mente y “perderse” haciendo lo que más se disfruta.
6. Estimulación Magnética Transcraneal (EMT). Durante la sesión de EMT una bobina magnética se coloca sobre el cuero cabelludo en la región dorso lateral prefrontal izquierda del cerebro. A esta área se le conoce como el área del humor. Pulsos electromagnéticos atraviesan el cráneo para estimular las células nerviosas, sin ocasionar dolor. La EMT ayuda a normalizar la actividad cerebral en los circuitos involucrados en la depresión. El tratamiento no es invasivo y no se necesita anestesia. En octubre de 2008 la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó el uso del primer equipo de EMT para el tratamiento de la Depresión Mayor.